Cada que se encuentran cadáveres
momificados, surgen miles de preguntas que en su mayoría o quedan en el olvido
o no existe una respuesta concreta, a pesar de los avances tecnológicos. Cuando
supe de este caso, fue porqué, estaba ligado – y algunas personas lo siguen
ligando- con los Iluminados de Tolox
(aquí para leer sobre este tema), pero haciendo una investigación exhaustiva,
me pude dar cuenta que solo es una hipótesis, de las muchas que hay sobre estas
momias.
Llerena es un pequeño
pueblo en la provincia de Badajoz (que pertenece a
Extremadura) en España, donde en 1964 se encontraron los restos de más de 6 mil
personas en la torre de la iglesia de Nuestra Señora de Granada, (construida
entre los siglos XIII y XIV) donde muchos estaban momificados y con una expresión
de horror
en la cara, lo que dio pie, a pensar que se trato de un emparedamiento
colectivo.
Fueron los trabajos de
restauración de la mencionada iglesia, que hicieron posible este
“descubrimiento”, los trabajadores encontraron en la torre, una puerta que no
podían abrir, total cuando lograron hacerlo, la sorpresa fue mayor, - al
principio- contabilizaron cerca de 2000 cuerpos, que fueron objeto de estudio por parte de las
Universidades de Madrid y Barcelona, en su facultad de Antropología.
Fueron realmente
extraños los resultados y llenos de dudas razonables, primero habían
dicho que si pertenecían a los “iluminados”, después se dijo que
las momias y esqueletos encontrados se debía al enterramiento continuo de
cadáveres durante un largo período de tiempo vamos, hasta se llego a hablar
sobre víctimas de las Guerra Civil, pero los resultados de los grupos de Antropólogos,
arrojaron que los cuerpos pertenecían al siglo XVII y anteriores. Con esto se
dio por “sentado” que tenían relación más que directa con los tribunales de la
Inquisición, que con una posible epidemia
o con el traslado de algún cementerio. El caso se cerró, el gobierno de
Extremadura mando “sellar” –de nuevo- aquella torre y la cosa quedo ahí, llena
de preguntas. Nadie sabe las razones por las cuales, el caso quedo archivado.
Para 1979, la Dirección General
de Bellas Artes emprendió la tarea de recuperar el Patrimonio Histórico en toda
España, pues bien, cuando llego el turno
de Llerna, los nuevos trabajadores, volvieron a encontrar los cadáveres,
junto con objetos de la época que habían pertenecido a los mismos, tales como
rosarios, botones, monedas, hebillas de zapatos entre otros. Con la ayuda –ahora
si- del Ministerio de cultura del país, se procedió al estudio y clasificación
de los miles de cuerpos, esto fue llevado a cabo por los departamentos de
Antropología de las universidades de Extremadura, Madrid, Barcelona y Sevilla.
Los resultados fueron los mismo, se
trataba de restos anteriores al siglo XVII, algunos de los cuales presentaban
fracturas ocasionadas presumiblemente por violentos
golpes, cráneos aplastados. El rictus de horror en sus rostros era
clara evidencia de muertes marcadas por la tortura y el sufrimiento. Por otro
lado, revelaron que las momias que se conservaban habían sufrido un proceso de
saponificación, lo cual revela que habían sido, tal y como se apuntó en los
primeros momentos de su descubrimiento, a un emparedamiento colectivo.
Los emparedamientos en vida, en sí, solo provocan que un cadáver se vuelva color
gris, es un proceso mediante el cual la
grasa corporal se transforma químicamente en una masa de color gris, que al tacto se siente granuloso y compacto, síntomas
que presentan los cuerpos descubiertos. Otros resultados arrojados, confirmaron
lo que ya se había dicho antes, los restos determinaban que se trataba de
restos de otras épocas, dejando así la incógnita del enterramiento masivo en un
lugar en el que en la época en que se produjo.
No tengo idea si las
investigaciones sigan, lo que si nos queda claro, es que jamás sabremos en sí,
que paso o el por qué 6000 mil cadáveres con una muerte violenta, estaban
encerrados en una torre olvidada.
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