viernes, 11 de septiembre de 2015

Cuando llevar una camiseta de una banda te hace culpable: Los 3 de West Memphis



Estados Unidos, se caracteriza por ser una de las sociedades más cerradas que existe, - aunque ellos crean que son muy “open mind” - y que no les importa lo que los demás hagan, digan etc; siempre con sus acciones demuestran que no, sobre todo con las personas que no comparten sus ideales, ni se “ajustan” al estatus quo que tan marcado tienen. Esa ignorancia, el miedo y la frivolidad de la mencionada con anterioridad sociedad, hizo que 3 personas fueran brutalmente señalados por ser ellos mismos y ser acusados de un crimen que no cometieron.

La música ha sido un factor de escape para miles de personas (en el cual me incluyo), sobre todo cuando eres adolescente, y si te gusta algo que la gente no entiende y lo ve mal – desde cualquier ángulo- ya valiste madre, te encasillan en “X” cosa y de ahí, no los sacas ni demostrando que son puros estereotipos estúpidos y sin fundamentos. Y no se diga, si es un pueblo con la religión hasta el tuétano.

Gracias a las ideas retrogradas que se escudan bajo un contexto disque conservador, en 1994 en un pequeño pueblo llamado West Memphis en el estado de Arkansas, 3 adolescentes fueron acusados del asesinato de 3 niños de entre 9 y 10 años,  llamados Stevie Edward Branch, Christopher Byers y Michael Moore, los cuales habían sido reportados como desaparecidos el 5 de Mayo de 1993, al día siguiente fueron encontrados los cadáveres,  con la ropa al revés y sin ropa interior. Las autopsias, a cargo del patólogo forense Frank J. Peretti, indicaron que Christopher Byers murió por múltiples heridas y tenía los genitales mutilados, mientras que Moore y Branch fallecieron por múltiples heridas y ahogamiento.

El pueblo completo se encargó de  acusarlos y decir que ellos fueron solo por su vestimenta, por lo que leían y sobre todo porque un par de los acusados eran fanáticos del Heavy Metal, Jessie Misskelley, Damien Echols y Jason Baldwin, fueron señalados y castigados, ahora a esto hay que sumarle, que ese pueblo cuenta con una policía sin experiencia previa en este tipo de asesinatos, sin algún tipo de conocimiento sobre criminología y criminalística, y con los “sentimientos” al por mayor al tratarse de niños como víctimas, el departamento de policía de West Memphis permitió que evidencia potencial fuera destruida en el sitio donde se encontraron los cuerpos de los niños, los oficiales presentes “aparentemente” no hicieron esfuerzo alguno por preservar ni documentar aspectos de la escena del crimen, vitales para el caso  en todo el perímetro del área.

El caso se convirtió en un circo mediático, los habitantes de ese pueblo creían ciegamente que los 3 adolescentes fueron los causantes de la muerte, solo porqué la policía cometió un sinnúmero de errores garrafales. Según algunos textos consultados, un oficial de libertad condicional juvenil estuvo presente cuando descubrimiento fue hecho, este hombre comenzó a especular con la policía sobre quien podría haber llevado a cabo los terribles crímenes, al grado de estar siguiendo las actividades de Damien desde años atrás, está persona obsesionada con la vida de Damien, afirmó a modo de instinto que aquel adolescente cuyos "sospechosísimos" rasgos se resumían en que vestía camisetas de grupos de Heavy Metal, era poco sociable, mostraba una personalidad retraída y poco comunicativa, era posiblemente él había llevado a cabo aquella atrocidad ya que, el oficial de libertad condicional y el jefe de investigaciones del pueblo, convirtieron aquella corazonada en hechos y decidieron que el triple homicidio fue parte de un ritual satánico bizarro y cruel llevado a cabo por un culto donde Damien Echols era el supuesto líder.

No contentos en acusar sin evidencias físicas fuertes, se dedicaron a querer culparlos al precio que fuera, la sociedad fanática de la religión siempre termina culpando de sus problemas  - que en la mayoría de los casos sólo habitan en sus cabezas- , a cuanta persona sea “rara”, ya sea en su manera de vestir, así como en sus creencias y prácticas de religiosas, lo cierto es que siempre se buscan y siempre se encuentran chivos expiatorios donde algunos descerebrados descargan sus frustraciones más profundas.


Lo más triste es que a Jessie, lo habían obligado a aceptar los crímenes y acusar a los otros 2, valiéndose de uno de los recursos más bajos, el tiene 78 de IQ, en pocas palabras es un tanto “retardado”, y de eso se aprovecharon para ejercer presión, y hacer que terminara aceptando que él, Damien y Jason cometieron los atroces asesinatos.


Y aquellos que se atreven a ser un poco diferentes, son los que siempre pagan los platos rotos, la teatralidad de uno de los padres de los niños asesinados en el que están todas las miradas, ya que no hay nadie que no piense que el asesino fue uno de los padres, es realmente curioso como el padrastro de uno de los niños asesinados, jura que él tiene la verdad, porque "dios" está de su lado, de que el mismo dios, le dijo que los tres adolescentes, fueron tentados por satán, para perpetrar los 3 crímenes, además de vociferar y afirmar una y otra vez ante las cámaras del documental “Paradise Lost: The Child Murders at Robin Hood Hills” (1996, HBO), que cada año ira a escupir en su tumba, que espera que los torturen y que sufran toda su vida, pero más curioso es que todo el tiempo, da la impresión de que este hombre esta borracho y es el típico Redneck hipócrita que se escuda en la religión para culpar a otros, tanto la policía como en resto de los habitantes de West Memphis  llegaron a pensar que parte de las personalidades de los 3, sobre todo de Damien, era por culpa de los libro del autor y padre del horror moderno Stephen King. Una de las personas que entrevistan en el documental, se limita a decir, “Solo vean como se visten, se ve que son punks” vergüenza les debería de dar a todos los habitantes de ese pueblo.

Todo el caso estaba envuelto en una maraña de dudas, sin evidencias físicas contundentes, especulaciones basadas en chismes baratos, corrupción, una obsesión por hacerle la vida de cuadritos a algunas personas solo por cómo se ven y cómo piensan, mujeres que se vendieron por 30 mil dólares ( la recompensa que la policía daba por cualquier información que condujera a la captura del asesino), y la histeria colectiva del jurado, el mal manejo de la evidencia, los 3 adolescentes, fueron juzgados y condenados erróneamente, Damien fue condenado a la pena de muerte, Jesse y Jason fueron condenados a cadena perpetua. Metallica se enteró del caso, así como Ozzy Osbourne, Pearl Jam, Tom Waits, Winona Ryder, Stephen King, Marilyn Manson, The Cure, Black Flag, Johnny Depp, entre otras personalidades, donaron cosas personales para subastarlos y así seguir solventando los gastos, con tal de que se haga justicia, dentro de los 3 documentales hechos por HBO, se escucha Fade To Black de Metallica.

En sí, la tercera parte del documental es lo que podríamos decir que tanto la culminación del caso, como el hallazgo de nuevas evidencias, un cabello encontrado en una de las cuerdas con las que fueron atados los niños, se pago con los fondos recaudados a un laboratorio privado para una prueba de ADN, que dicho sea de paso, pertenece a uno de los padres de los niños asesinados, llamado Terry Hobes, un nuevo juicio con otro juez y la exoneración de los 3 implicados.  18 años después, Damien, Jesse y Jason están LIBRES, la gente del resto del mundo se dieron cuenta que la policía de Arkansas fue inepta, estúpida, llena de prejuicios ridículos, y que no se puede estar estancado, la ciencia avanza y la verdad tendría que salir algún día.


Terry Hobs


Damien, Jesse y Jason,  actualmente se dedican a limpiar su nombre, Damien ahora vive en Salem, ha escrito un libro contando su versión, se dedica a dar conferencias sobre su caso y a ser tatuador.


¿Qué podemos sacar de conclusión de todo esto? Que la gente sigue teniendo miedo a todo lo que para sus ojos no sea “normal y correcto”, claro está en el buen camino de la religión, y sobre todo, no andar, -parafraseando a mi abuelita- "Saliéndonos del Guacal".

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