viernes, 2 de octubre de 2015

Arrancando la piel en el nombre de dios - Los “iluminados” de Tolox




Existen miles de historias sobre gente fanatizada por la religión, gente que es capaza de asesinar  y torturar personas en el nombre de un supuesto ente supremo que solo existe en su imaginación. Este caso llamo mi atención desde que lo subí en un post en la página de Taringa!.

En un pequeño pueblo llamado Tolox, en la región de Andalucía, en el sur de España, a principios de Febrero de 1885, llega un sacerdote al que todos comenzaron a  conocer como “Padre José”, quien empezó a predicar que se avecinaba el fin del mundo, ayudado por algunas lugareñas que se tragaron ese cuento, la gente les creyó y con ayuda de una imagen de Jesús con aspecto tétrico, la creencia de ese fin del mundo se posicionó en el inconsciente colectivo de los habitantes de Tolox. Por otro lado se contó con la ayuda de 2 personas a las cuales apodaron “el Santo” y la Santa – quien se llamaba Teresa Villatoros-, la “secta” inicia operaciones en febrero de 1885, las enseñanzas estaban basadas en el desapego a los bienes terrenales y la profunda oración como medio de hacer frente al próximo cataclismo mundial y poder superar el juicio divino con mayor facilidad.

La gente se dejo embaucar por estas personas, un persona juraba que vio a la virgen maría cerca del pueblo, este hizo que expulsaran al párroco del pueblo, por un “incidente” con algunos lugareños, convenciéndolos que fue brujería. En una aldea cerca de Tolox, el “Padre José” sigue con sus enseñanzas, pero una mujer decide que ya era tiempo y comienza a hacer activismo dentro de la secta.

El 18 de marzo de 1886, la secta inició un ritual donde aparte de una hoguera, había unas 40 personas – vueltos locos por recibir la salvación del fin del mundo- deciden quemar sus viviendas, sacrificar a  sus animales de granja, para terminar danzando desnudos alrededor de la fogata automulitándose,  desollándose vivos,  arrancando sus cabellos con manos y cuchillos, todo indica que fue bajo los efectos de una planta alucinógena abundante en la zona, llamada belladona.


Al otro día, la “policía” se encontró con gente hambrienta, desnuda, algunos con heridas profundas y  con mechones de cabello  arrancados, caminando como zombies con la mirada perdida, fueron arrestados. Sí, hubo juicio y sentencias para ellos, no para los “lideres” y en sí, solo les impusieron multas, algunos meses de arresto por “ofender el pudor y las buenas costumbres sin el menor recato”. Los “lideres” técnicamente se los trago la tierra y jamás se volvió a saber de ellos. 

¿Realmente existieron? Si, lo que paso esa fatídica noche, se ha estado quedando en el olvido, en algunas publicaciones se habla de un intento de suicidio colectivo, aunque más bien esto es un caso de un tremendo lavado cerebral. 

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